lunes, 12 de junio de 2017

El diseño de evento: una estrategia de narración vivida

¿Y qué es un evento?

Hablemos del diseño de eventos. Para comenzar, si hablamos de un evento que se puede diseñar, queda claro que no nos referimos a los primeros significados de esta palabra en acaecimiento, el simple suceder de algo, ni a la eventualidad aleatoria. Nos referimos más bien la tercera acepción del diccionario RAE: de un suceso planeado, abarcando también aquel que reúne personas. Esta última inclusión recién fue integrada en el 2001, tomada probablemente del término inglés event, que con esta palabra engloba estas actividades para la cual el castellano tenía una serie de palabras independientes: celebración, gala, fiesta, sesión, espectáculo, inauguración, función, acto, encuentro, congreso, etc. 1 Va a ser ese significado específico, el de concentración de personas, al cual nos vamos a referir a continuación. 

Evento parece denominar muchísimas formas. Podemos clasificarlos de diversas maneras; según tamaño, intención, ámbito, etc. Si nos referimos al ámbito, podríamos decir que hay eventos culturales (por ejemplo concierto, festival), políticos (un mitin, manifestación), religiosos (misa, procesión), deportivos (un partido, las olimpiadas), académicos (conversatorio, congresos), empresariales (feria, activación), sociales (fiesta, almuerzo de exalumnos, etc.. Aunque, si somos exactos, toda concentración de personas es algo social). Es obvio que estas perspectivas son combinables. 

Para entender por qué se integró al lenguaje una palabra que acumulase diversas formas de reunión, tenemos que considerar cómo el evento se ha ido tornando en una herramienta de comunicación de tanta relevancia. Ya en los 70s la noción de evento entendido como actividad y estrategia comenzó a cobrar gran importancia en tanto fenómeno económico y comunicativo - abarcando la diversidad que hemos enlistado. Pero bien podemos imaginar, esas múltiples formas ya mucho antes eran instrumentos de inmensa efectividad. Desde cuando, ¿desde el comienzo mismo de la humanidad?


Lo que siempre hubo

Bueno, quizás sí. Desde que el ser humano, y sus estados previos, se reúne, hay un evento social. Y probablemente desde muy temprano es planeado. Pensemos en los ceremonias religiosas primigenias, pensemos en ritos de iniciación. Ya aquí hay un objetivo, una sensación o una creencia a transmitir, y una reflexión acerca de cómo lograr ese mensaje. Este nexo va a continuar en toda la historia de la religión, en diversas ceremonias y tradiciones, antiguas y actuales, en todas las regiones del mundo. Por ejemplo una misa, en diversas religiones, es un espectáculo perfeccionado durante siglos por no decir milenios. La religión se entrelaza con objetivos sociales, culturales y políticos. Un buen ejemplo es el auto sacramental, a la vez espectáculo y comunicación, afirmación de poder y jerarquía social. 

El paso de lo sagrado a lo profano es fluido, el lenguaje ritual traspasa a la escenificación de poder. Lo vemos en los megaeventos del Barroco, que llega a ser una especie de competencia de qué regente lo hace más espectacular. Y la gana Luis XIV en 1664 con "Les Plaisirs de l'Îsle enchantée" - dura una semana, con teatro, danza, lotería, exposición, etc., todo diseñado en detalle, incluyendo la construcción de una isla. También en las inmensas aglomeraciones nazis son evidentes los referentes litúrgicos. A menudo se dice que Goebbels inventó la propaganda tal como la conocemos hoy. Y ciertamente, es indiscutible que desarrolló muchas herramientas de manipulación que son usadas hoy con bastante entusiasmo. 


Fuente: http://mashable.com/2016/09/18/nuremberg-rallies/?utm_cid=lf-toc#3cW.pnbZAaqa

En la foto vemos un día del partido en 1936, con masas de soldados, orquesta militar en vivo, banderas cual gigantografías con el logo, y un escenario de arquitectura tanto edificado como lumínico: la “catedral de luz” creada por Speer. Fue diseñado para ser sobrecogedor y transmitir poderío, pero también cohesión, pertenencia a algo especial, etc.; pues no solo buscaba impresionar a enemigos, sino sobretodo al propio pueblo. Esto iba de la mano con medios de comunicación masiva, como su potenciación fílmica por la cineasta Riefenstahl. El evento como herramienta de legimitización del poder seguirá evolucionando, y no solo en política y sus diversas ceremonias que conocemos hoy. También eventos del ámbito de venta juegan con este imaginario.


https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Paris_1889_plakat.jpg
Pensemos en las Exposiciones Universales, que recogen el antiguo evento feria comercial (presente como evento anual definido ya desde los fenicios o antes, y fomentado en la carta magna de ), y le suman la presentación del poderío económico, técnico y cultural. La misma torre Eiffel, terminada para la Expo Universal de 1900 (76 mil expositores y 48 millones de visitantes), tuvo tal finalidad.








Muchos centros comerciales también usan formas de teatralización social simbólica - no por nada se les llama “templos de consumo”. Son escenografías, donde por ejemplo los techos altos de algunos “Malls” buscan dar sensaciones no lejanas a la amplitud de una iglesia gótica. Se pueden trazar diversos paralelos de cómo están diseñadas para acoger y canalizar una amplitud de eventos de conjunción social. 

El evento en tanto estrategia actual

En la segunda mitad de este siglo, con el advenimiento de las grandes marcas, comienza a adoptarse las posibilidades de propaganda del evento, en toda su pluralidad de variaciones. Primero son demostraciones de producto, activaciones específicas, o muestra de relevancia de la marca, cual autofestejo. Rápidamente, sin embargo, se hace evidente el poder asociativo de la ocasión, y las posibilidades de involucración emocional. El público quiere percibirse según ciertos ideales, y es la marca la que le da la sensación de tener esa imagen - quien se festeja es ahora el público en esa autoimagen. 


Un ejemplo: los eventos deportivos de RedBull, que transmite a asistentes y demás espectadores la imagen de vivir de manera arriesgada, fresca, ágil, sin limitaciones a la imaginación que tiene “alas”. El producto concreto, una bebida, se torna secundario frente a la autoimagen en la cual se involucra al público. ¿Cómo se logra esto? Con un entorno, y una linea dramática. 


Consideremos que al crearse un evento en un espacio y un tiempo, se construye un territorio simbólico; y al nosotros asistir a ese evento, entramos a aquel territorio perteneciente a su creador, convirtiéndonos en habitantes en casa ajena quienes siguen las reglas de nuestro anfitrión. Y si esas reglas nos dan la imagen que buscamos de nosotros, ¿cómo no seguirlas contentos y halagados? Muchas estrategias de evento, en su amplia diversidad, están dirigidas a transmitir una experiencia. Este es un término en boga, que denomina una vivencia relacionable con contenidos emocionales, que busca crear identificación personal con una marca más allá de sus productos específicos. Pensemos en la noción BTL - estrategias de marketing no masivas ni tradicionales (con todo lo relativo que tal concepto implica). 2

Caja de herramientas

Pues bien, revisemos para finalizar qué estrategias han ido incluyéndose para hacer un evento efectivo, ya que las hemos de considerar al diseñarlo.
Según la definición inicial y las finalidades que se ido constituyendo con el desarrollo histórico, un evento es un suceso planificado de tiempo delimitado, en el cuál participa una cantidad de personas. Tiene un objetivo definido y una serie de acciones que son coherentes a nivel temático, de contenido y/o finalidad. Su organización abarca investigación (por ejemplo del público, referentes), diseño, planificación, producción y a menudo postproducción (documentación, actas, evaluación). 
La idea, como hemos visto, es generar una experiencia, así que podemos concebirlo como la creación de un mundo. Para que este sea complejo, se usa hoy en día la conjunción de diversos medios: recursos visuales, acústicos, esceno- gráficos, lumínicos, también humanos. 
http://ccaa.elpais.com/ccaa/2014/07/01/catalunya/1404171951_395591.html


Integra así diversos rubros profesionales. A menudo se incluyen nuevas tecnologías interactivas y generativas para facilitar una experiencia inmersiva que sea capaz de involucrar emocionalmente al asistente. Este universo ha de ser coherente, ya que obviamente no es una experiencia sin sentido, sino con una finalidad - al fin y al cabo, es una forma de comunicación con un mensaje. Mensaje que puede ser de diversa naturaleza: promover un producto, servicio, causa, activar una estrategia, crear identificación y nexo, transmitir conocimiento específico, producir reflexión, disparar emociones, etc. 


Para tal comunicación, el tiempo de este evento puede seguir una narrativa. Puede construir mediante acciones una curva dramática que establezca expectativa, suspenso y resolución. 3 En este contexto, también se puede servir de la creación de personajes (y su escenificación dramática y de vestuario) así como dramaturgia musical. Es visible que se pueden trazar bastantes paralelos con la preparación de una película, así que el diseño puede implicar concept art, storyboard, etc. 

Fin

A resumidas cuentas: un evento, como forma de comunicación en vivo que se sirve de diversos medios para generar una experiencia multisensorial y crea una coherencia compleja, tiene la posibilidad de grabarse, como suceso extraordinario, en la memoria del asistente. Es una forma de influencia (o manipulación - entendida no en sentido negativo, sino neutro) potente, y por lo tanto, a usar con responsabilidad.






Notas
1-  http://www.fundeu.es/recomendacion/evento-acto-acontecimiento-presentacion-gala/
2- Esch, Franz-Rudolf; Krieger, Kai Harald; Strödter, Kristina: "Durchbrechen des Gewohnten durch Below-the-Line-Kommunikation", in: Bruhn, M. / Esch, F.-R. / Langner, T. (Hg.) (2009): Handbuch Kommunikation: Grundlagen, innovative Ansätze, praktische Umsetzungen, Gabler Verlag, Wiesbaden, S. 85 - 106.
3-  Zanger, C. und Drengner J. (2009): Eventmarketing, in: Bruhn, M.; Esch, F.-R.; Langner, T. (Hrsg.): Handbuch Kommunikation, Wiesbaden, S. 205.

lunes, 5 de junio de 2017

La Moda en la Historia

Martin Jaime

Cuando el ser humano se hizo tal hace muchos miles de años, una de las primeras cosas que hizo fue vestirse. Este hecho ata la historia de la vestimenta con la propia cultura humana y sus producciones. Este hecho cultural ha determinado una serie de aproximaciones a la misma la historia del vestido y desde luego a la moda.  El conjunto de la literatura dedicada a este tema nos muestra las diversas formas de entender este fenómeno social.

Entre la terminología usada, podemos encontrar vestimenta, vestido, indumentaria, traje o moda. Cada término tiene un uso particular dependiendo de la disciplina o el ámbito específicos. Sin embargo, se tiende a pensar que la moda pude ser considerada un tipo dentro de aquello denominado vestido, ya que como afirma Entwistle “conlleva el significado más específico de un sistema de vestir que podemos hallar en la modernidad occidental y como tal se suele usar dentro de la sociología o los estudios culturales” (Entwistle 2002: 52). Esta complejidad terminológica nos exige colocar dentro del término diseño de moda también al diseño textil, diseño de indumentaria, diseño de accesorios y diseño de calzado. 

De esta manera, podríamos hacer una división bastante general sobre la historia del vestido. Un primer largo periodo está integrado por las manifestaciones culturales del vestido antes del siglo XVIII. En este periodo se debe incorporara una visión etnológica comparativa en tanto que la historia del vestido se entreteje con las historias locales y específicas de cada cultura, así tenemos, vestimenta china, persa, africana, americana, entre muchas otras. Entre estos ejemplos se debe mencionar la importancia que siempre ha tenido la vestimenta como una forma de distinguir entre hombres y mujeres.



Otra dimensión fundamental del vestuario en la época pre moderna era su importancia para definir la procedencia social de quien lo vestía, es decir, ubicaba socialmente a las personas según su rango o cargo social, gobernantes, militares, encargados religiosos, pueblo, entre otros. 



Una vez la cultura occidental va iniciando el siglo XVIII y en particular el siglo XIX, la producción y consumo de la vestimenta comienza a desarrollar nuevas características, las cuales se profundizan durante el siglo XX. Godart afirma que ha habido cinco principios que dinamizan la moda en nuestra época: 1) la moda es autoafirmación, es decir se constituye en una dinámica entre la distinción e imitación; 2) la   convergencia de la tendencias, la tendencia a concentrar los estilos en algunas ciudades y casas de modas 3) la moda es autónoma en el sentido de que pretende concebirse como una creación libre que responde al deseo del creador, 4) esto implica constituir la moda como oficio y profesión y finalmente 5), la moda simboliza el poder de los signos es decir, se establece un relación de poder entre las marcas, el productor y el cliente.

En el siglo XX, podemos ver como la moda ha tenido un continuo cambio en torno a la producción del estilo y la relación con el consumidor. En los últimos ciento veinte años, hemos sido testigos de transformaciones profundas. Según los y las especialistas, las tendencias de cada década han marcado el vestir de hombre y mujeres con el fin de definir un modo apropiado. Entre varios hitos, la aparición de la línea “prêt-à-porter” ha significado un gran giro en la producción y el consumo de la moda desde su creación con Yves Saint Lauren. Si bien antes existía una práctica sobre la vestimenta más centralizada en relaciones directas con el sastre o con la costurera o con la producción doméstica de estas vestimentas, en la actualidad, podemos observar claramente que esa interacción se ha diferido a los almacenes o a la creación de las marcas.



Bibliografía

Entwistle, J. (2002). El cuerpo y la moda. Una visión sociológica. Barcelona: Paidós
Godart, F. (2012). Sociología de la moda. Buenos Aires: Edhasa
Jaime, M. (2016).  Investigaciones cruciales: arte, diseño, imagen y cultura en Memoria Gráfica N° 8, año 8 Lima: PUCP