El diseño se
define hoy en día como una actividad que genera realidades. No sólo produce imágenes
sino también las instala en el entorno, a través de recursos materiales y
virtuales. El recorrido que el diseño implica, desde la imagen mental a la
imagen con soportes externos, materializa el pensamiento humano. En esta perspectiva, el
diseño de espacios participa activamente en el re-diseño de la realidad.
El diseño
interviene estratégicamente en el espacio público tomando en cuenta la dinámica del público y la estructura
matriz que la recibe. Aunque desarrolle una estética de la transmisión de la
información sin efectos apelativos añadidos, su expresión (soporte, formato y lenguaje visual) se adecuará a la información
transmitida, adquiriendo casi miméticamente sus
rasgos estilísticos. Por ende, hay tanta variedad de presentación e
inserción en el espacio público como variedad de informaciones hay que
transmitir. Para asegurar la comunicación, el diseño debe relacionarse con la
mejora de la calidad de vida, tomando en cuenta aspectos que atañen la vida
actual de cada comunidad. Debe encontrar vías y recursos para el diálogo y la
participación del público. Para asegurar la interacción en el campo de la
identidad y de su permanente dinámica, debe valorar el perfil del público y del
lugar, sus tradiciones y cambios, su historia y sus costumbres, sus personajes
célebres y su gente de día a día.
En la enseñanza
– aprendizaje del diseño, la
intervención de espacios y la creación de espacios incorporan la señalética, el
diseño de escenarios, de espacios comerciales e institucionales, de stands y
ferias, de eventos. La formación debe contar con estudios situacionales y manejar proyectos
con dimensiones conceptuales, comunicativas, expresivas y técnicas. Se inscribe
en una visión en la cual el diseño no sólo informa y comunica, sino también
forma al público usuario. Por estas mismas características, los proyectos deberían ser trabajados en condiciones reales,
con casos y usuarios reales; y deberían ser realizados, para una correcta
evaluación de resultados. Como valor agregado, tendrían alcances sociales
relevantes para el perfil actual de la formación universitaria, con
responsabilidad pedagógica, didáctica y social.
Un ejemplo: la
intervención gráfica del edificio Tinkuy de los Servicios Estudiantiles PUCP .
Fue un pedido institucional dirigido a
las dos especialidades de diseño PUCP, diseño gráfico y diseño industrial. En
convergencia con el diseño arquitectónico y las pautas de construcción e
implementación de estructuras y servicios, El cuarto año de Diseño gráfico, a
través de sus cursos de Teoría y Práctica de la Imagen Publicitaria y con el
apoyo de sus profesores, Mihaela Radulescu y Edward Venero, aportó nuevos
elementos a la propuesta estructural y funcional. Aportó elementos expresivos
y discursivos, que incidieron en la
personalidad del espacio, para informar, sugerir, plantear lecturas afectivas,
jugar, intervenir con formas, ritmos, colores, iconos, escenas. El edificio debía
volverse un escenario que invitara a las
personas a desempeñar ciertos roles, a recibir información, a experimentar
cientos estados de ánimo. Se trata de una tendencia con una larga historia. La
intervención mural con sus funciones
decorativas o didácticas data de la antigüedad y nunca se ha interrumpido. Hoy
en día las técnicas y recursos son de los más variados. Asimismo, el enfoque de
la intervención, pero siempre hay una constante: la expresión de la identidad.
La intervención gráfica de los edificios, en exteriores o interiores, de tipo
artístico o informativo, decorativo o
funcional, formal o informal, remite siempre a una identidad que se quiere
mostrar a la gente.
Los proyectos
gráficos se realizaron en colaboración con el equipo de arquitectos e
ingresaron en un concurso institucional, del cual resultó ganador un proyecto
que optó por una sintaxis tipográfica expandida en grandes dimensiones, integrada rítmicamente al edificio, con
rasgos tipológicos y compositivos que valoraban la actual cultura urbana
peruana. Su cromática remitía al tratamiento andino de los colores, al igual
que su densidad compositiva.
Al mismo tiempo,
la semántica de las palabras que indicaba las diferentes funciones del edificio
– estudio, conversación, reuniones de trabajo, patio de comida, boletería y
librería del Centro Cultural, cafetería, tiendas - se
relacionaba con la especificidad de las actividades y competencias
estudiantiles: leer, descubrir, informarse, divertirse con la información y la
comunicación. El proyecto se aplicó a fines del 2011 y las reacciones de los
usuarios están en las redes sociales de la Universidad y en el gran flujo de
los estudiantes al edificio.
Otros proyectos,
que no llegaron a aplicarse, por las mismas características del concurso, pero
que fueron trabajados con los arquitectos y evaluados por el jurado
institucional, optaron por otros enfoques y planteamientos.
Un proyecto desarrolló un enfoque semántico que se centraba en la relación con la naturaleza, presente en el
campus PUCP, que impresiona a los visitantes por los arboles, los espacios
verdes, los venados y las ardillas de su
jardín. El jardín PUCP invadía el edificio, integrándolo en el espacio mayor, a
la vez que enfatizaba la importancia de la naturaleza y el placer de su
contemplación.
Otro optó por un enfoque predominantemente sintáctico,
de expresión de los flujos de energía presentes en el edificio estudiantil;
otro, por un enfoque pragmático lúdico,
centrado en el lenguaje propio de los estudiantes, en sus bromas y gusto por el
juego.
El diseño de
espacios opera en medio de una gran diversidad conceptual y formal, con
parámetros situacionales bien definidos, en
el territorio de la interdisciplinariedad y la interculturalidad, pero siempre
deberá tener en cuenta un aspecto central, la identidad, la expresión de la idea que
define y particulariza la representación, que le atribuye sentidos y valores. A
través de la identidad, el diseño de espacios se relaciona con la cultura y sus
integrantes; asume un punto de vista, desarrolla un discurso, promueve
determinados valores. La formación de diseñadores debe incluir este aspecto,
como parte intrínseca de la acción comunicativa del diseño, y desarrollar
estrategias de integración de la identidad en el proyecto de diseño de
espacios.
Mihaela Radulescu
/2 de junio del 2014