Cuando el ser humano se hizo tal
hace muchos miles de años, una de las primeras cosas que hizo fue vestirse.
Este hecho ata la historia de la vestimenta con la propia cultura humana y sus
producciones. Este hecho cultural ha determinado una serie de aproximaciones a
la misma la historia del vestido y desde luego a la moda. El conjunto de la literatura dedicada a este
tema nos muestra las diversas formas de entender este fenómeno social.
Entre la terminología usada,
podemos encontrar vestimenta, vestido, indumentaria, traje o moda. Cada término
tiene un uso particular dependiendo de la disciplina o el ámbito específicos. Sin
embargo, se tiende a pensar que la moda pude ser considerada un tipo dentro de
aquello denominado vestido, ya que como afirma Entwistle “conlleva el
significado más específico de un sistema de vestir que podemos hallar en la
modernidad occidental y como tal se suele usar dentro de la sociología o los
estudios culturales” (Entwistle 2002: 52). Esta complejidad terminológica nos
exige colocar dentro del término diseño de moda también al diseño textil,
diseño de indumentaria, diseño de accesorios y diseño de calzado.
De esta manera, podríamos hacer
una división bastante general sobre la historia del vestido. Un primer largo
periodo está integrado por las manifestaciones culturales del vestido antes del
siglo XVIII. En este periodo se debe incorporara una visión etnológica
comparativa en tanto que la historia del vestido se entreteje con las historias
locales y específicas de cada cultura, así tenemos, vestimenta china, persa,
africana, americana, entre muchas otras. Entre estos ejemplos se debe mencionar
la importancia que siempre ha tenido la vestimenta como una forma de distinguir
entre hombres y mujeres.
Otra dimensión fundamental del
vestuario en la época pre moderna era su importancia para definir la
procedencia social de quien lo vestía, es decir, ubicaba socialmente a las
personas según su rango o cargo social, gobernantes, militares, encargados
religiosos, pueblo, entre otros.
Una vez la cultura occidental va
iniciando el siglo XVIII y en particular el siglo XIX, la producción y consumo
de la vestimenta comienza a desarrollar nuevas características, las cuales se
profundizan durante el siglo XX. Godart afirma que ha habido cinco principios
que dinamizan la moda en nuestra época: 1) la moda es autoafirmación, es decir
se constituye en una dinámica entre la distinción e imitación; 2) la convergencia de la tendencias, la tendencia
a concentrar los estilos en algunas ciudades y casas de modas 3) la moda es
autónoma en el sentido de que pretende concebirse como una creación libre que
responde al deseo del creador, 4) esto implica constituir la moda como oficio y
profesión y finalmente 5), la moda simboliza el poder de los signos es decir,
se establece un relación de poder entre las marcas, el productor y el cliente.
En el siglo XX, podemos ver como
la moda ha tenido un continuo cambio en torno a la producción del estilo y la
relación con el consumidor. En los últimos ciento veinte años, hemos sido
testigos de transformaciones profundas. Según los y las especialistas, las
tendencias de cada década han marcado el vestir de hombre y mujeres con el fin
de definir un modo apropiado. Entre varios hitos, la aparición de la línea
“prêt-à-porter” ha significado un gran giro en la producción y el consumo de la
moda desde su creación con Yves Saint Lauren. Si bien antes existía una
práctica sobre la vestimenta más centralizada en relaciones directas con el
sastre o con la costurera o con la producción doméstica de estas vestimentas,
en la actualidad, podemos observar claramente que esa interacción se ha
diferido a los almacenes o a la creación de las marcas.
Bibliografía
Entwistle, J. (2002). El cuerpo y la moda. Una visión
sociológica. Barcelona: Paidós
Godart, F. (2012). Sociología de la moda. Buenos Aires:
Edhasa
Jaime, M. (2016).
Investigaciones cruciales: arte, diseño, imagen y cultura en Memoria
Gráfica N° 8, año 8 Lima: PUCP
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